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Descripción
Cocina viejuna La nostalgia también se come, de Ana Vega Pérez de Arlucea.
En las décadas de los años 70 y 80 del siglo XX los españoles vivieron muchas transformaciones: la dictadura vivía sus últimos años, el turismo traía nuevas costumbres más abiertas, a muchos hogares llegaron las neveras, las cocinas a gas y un gusto por cocinar de manera creativa. La mujer iba incorporándose al mundo laboral y la influencia de la cocina internacional se abría paso como reflejo de una nueva manera de alimentarse. Quedaban atrás los años de cocidos monocromos y las familias pretendían sorprender haciendo de los restaurantes un reflejo de su pretensión por ascender en el escalafón social.
De aquellos años son recetas como cóctel de gambas, lenguado a la meunière, solomillo Wellington, tortilla Alaska, dignas ellas de restaurantes de renombre; también la moda de los canapés, los huevos rellenos, las gambas con gabardina o el rape alangostado; sin olvidar las recetas pensadas para las salidas de domingo, ensaladilla rusa, melón con jamón, postre pijama o tarta al whisky.
Pero todo pasa y, vistas con la perspectiva de los años, la evolución de las costumbres gastronómicas y las nuevas modas en la cocina, a aquellas recetas se las comenzó a considerar viejunas, un término entrañable que Ana Vega, más conocida como Biscayenne, aplica a todas ellas con la firme intención de recuperarlas del olvido en un ejercicio de sana nostalgia que primero nos reconcilia con nuestro pasado y, segundo, nos explica por qué la cocina española disfruta de varias generaciones de cocineros de primer nivel.